lunes, 9 de mayo de 2011

¿Porqué cambiar los rellenos sí no hay dolor?


Hay pacientes que acuden a una limpieza dental de rutina, y se sorprenden cuando les informo que necesitan cambiar algunos rellenos. ¿Porqué cambiarlos, sí no he tenido ninguna molestia o dolor?, algunos me preguntan. A continuación explicaré brevemente cual es el motivo para reemplazar obturaciones viejas y desgastadas.

La mayoría de los rellenos dentales están diseñados para ser duraderos, pero no son eternos. La fuerza de masticación es muy fuerte, además muy frecuentemente debido al stress apretamos los dientes más de lo normal, también los cambios bruscos de temperatura (como tomar algo frío con la comida caliente), son factores que hacen que haya pequeñas fracturas, fisuras, o simplemente que se desgasten con el correr del tiempo. 
Cuando eso sucede, las bacterias pueden volver a introducirse entre el relleno y el diente, produciendo caries, la cual puede llegar hasta la pulpa dentro del diente y será hasta ese momento cuando habrá dolor, pero es muy probable que entonces un simple relleno ya no sea suficiente para restaurar la pieza.

Es por eso que recomendamos cambiar los rellenos desgastados, así se evitan procedimientos más complicados y con un costo mayor.

En otro artículo escribí acerca del uso de la cámara intraoral como una herramienta de diagnóstico muy útil para detectar esas fisuras o pequeñas fracturas que a simple vista no se pueden observar. Te invito a que lo leas:


viernes, 6 de mayo de 2011



Ha habido ocasiones en que algún paciente me pregunta sí es bueno o malo masticar chicle, así que hoy se me ocurrió escribir acerca de ello.

Desde tiempos muy remotos, hay evidencias que el hombre masticaba resinas de arboles y cera de abeja para disfrutar del sabor. Pero el chicle, tal como lo conocemos hoy, fue un invento por mera casualidad.

Alrededor de 1860 el Gral. Mexicano Antonio López de Santa Anna que estaba exiliado, le presentó el chicle, un producto derivado del árbol de zapote, a Thomas Adams un inventor, pues Santa Anna pensaba que podía ser utilizado para crear caucho para las llantas de los carruajes. Adams intentó hacer varios productos con el chicle, pero no tuvo éxito. Un día cuando estaba a punto de arrojar al río la tonelada de chicle que no había podido procesar en algo útil, entró a una farmacia y cuando vio a una niña comprando goma de mascar hecha de parafina tuvo una idea.

El sabía que los nativos de Yucatán, de donde le habían enviado el chicle, tenían cientos de años masticándolo, así que regresó a su casa y le dijo a su hijo que lo empacarían en paquetitos para comercializarlo, posteriormente al chicle se le añadieron saborizantes y así es como surgió el chicle moderno.

Años después, cuando se empezó a divulgar la información de que el azúcar y los dientes no son buenos amigos, en la década de los 60 se inventaron los chicles sin azúcar. Aunque por otro lado, algunos saborizantes que no son dañinos para los dientes son nocivos a la salud en general.

Bueno, después de conocer esta historia, hablemos de lo que nos concierne, ¿Será que los chicles pudiesen tener algún beneficio que no sea un mero sabor agradable en la boca?

Los chicles facilitan la producción de saliva, que contiene calcio y fosfato. Este ‘lavado’ dental remineraliza y endurece los dientes tras el ataque ácido de la comida.

Hoy en día, tenemos chicles que contienen Xilitol, el cual es un edulcorante natural que puede ayudar a reducir la caries ya que al parecer inhibe el crecimiento de algunas bacterias, especialmente el Streptococus Mutans, principal responsable de las caries. Además, en presencia del xilitol, las bacterias pierden la capacidad de adherirse al diente, lo que detiene el proceso de formación de caries.

Lo ideal es que te cepilles los dientes después de cada comida, evitando la posible acumulación de bacterias, pero sí por alguna razón, no te es posible cepillarlos alguna vez, un chicle sin azúcar y preferentemente con xilitol puede ser de ayuda en ese momento.

Sí quieres saber más acerca de este tema, aquí hay un buen artículo:

Referencias: